Cuando nuestros hijos ven la manera en que amamos a Dios y amamos a nuestros esposos, también pueden percibir que lo más importante es el amor.
La relación que se da entre madre e hijos, es en principio de tipo biológico, de forma instintiva si se quiere. Nos movemos para proteger a nuestros hijos y ellos, como un reflejo, reconocen nuestro olor y nuestra voz. Esos primeros días luego que das a luz, son mágicos y los vemos instintivamente tomando el pecho y reaccionando a los estímulos de su madre.