Separación de los padres y el síndrome de alienación parental

arguing-1296392_640

Si a todo lo negativo que representa la separación familiar se le agrega el componente de venganza particular de uno de los progenitores, el daño a los niños y niñas se potencializa a cotas muy elevadas.
La familia es la institución principal de las sociedades. Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad. La familia es la cuna donde los niños desarrollan su identidad, personalidad y su inteligencia emocional. Es la familia la que impulsa el desarrollo individual, ya que esta les sirve de modelo de referencia para aprender las habilidades básicas de comunicación y relación.

Cuando la familia se desintegra provoca en los niños y niñas problemas psicológicos de orden emocional y afectivo que perdurarán toda su vida. Todo lo que representaba seguridad y estabilidad ha desaparecido y crea las bases para que sientan que deberán elegir entre uno u otro de sus progenitores, lo que les llenará de ansiedad, miedo y culpa.

Si a todo lo negativo que representa la separación familiar se le agrega el componente de venganza particular de uno de los progenitores, el daño a los niños y niñas se potencializa a cotas muy elevadas. En muchos casos de separaciones conflictivas, los hijos son utilizados como armas arrojadizas en contra de la pareja sin importar cuanto esto dañe al niño, representando un medio para alcanzar un fin (destruir a la pareja).

kid-165256_640

En 1985 Richard Gardner, un destacado psiquiatra y catedrático, acuñó el término Síndrome de Alienación Parental (S.A.P) para referirse a un conjunto de síntomas que se produce en los hijos cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los niños con objeto de obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor. Es decir, el padre o la madre con la que se queda viviendo el niño lo manipula y le hace un “lavado de cerebro” para que rechace a su otro progenitor y todo lo que este representa.

Los niños y niñas que sufren este síndrome, desarrollan un odio patológico e injustificado hacia el progenitor alienado que tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo físico y psicológico de éstos. El síndrome de alienación parental es considerado por Gardner como una forma de maltrato infantil.
Para diagnosticar cuando un niño o niña está desarrollando SAP se propone identificar ocho síntomas:

No es un secreto que, durante los procesos de separaciones conflictivas, los progenitores en múltiples ocasiones expresan delante de sus hijos las opiniones negativas que tiene sobre su expareja sin tomar en cuenta lo que esa persona representa para su hijo. Esto coloca a los niños en una posición muy sensible, pues si defienden a su progenitor atacado estaría traicionando a su progenitor atacante, pero si no le defiende, estará traicionando a dicho progenitor con su silencio. Resumiendo, el niño siempre estará en una relación perder-perder, lo que hará que se llene de culpa y resentimiento hacia sí mismo.

Algunos indicadores típicos que permitirían detectar cuando un progenitor está utilizando a los hijos para dañar a su expareja son:

• Insultar o desvalorizar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo cuestiones de pareja que no tienen nada que ver con el vínculo parental.
• Impedir el derecho de convivencia con sus hijos al otro progenitor.
• Implicar al entorno familiar y a los amigos en los ataques al ex-cónyuge.
• Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
• Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor (basta con que los niños vean que esa actitud hace feliz a la madre o al padre, para ofrecer su dolor y así reconfortar al adulto alienador).
• Influir en los niños con mentiras sobre el otro llegando a asustarlos.

En los niños, el Síndrome de Alienación Parental puede detectarse cuando intentan justificar el rechazo con explicaciones o razones absurdas e incoherentes. En ocasiones, también pueden usar diálogos o frases propias de su progenitor alienador, y palabras o comentarios impropios de su edad.

Es muy importante que los padres tomen conciencia del profundo daño que les provocan a sus hijos al utilizarlo como una herramienta para alcanzar sus metas de dañar a su expareja. En la mayoría de los casos, los padres no se han detenido a pensar cómo están afectando a sus hijos ni en las repercusiones que esto puede traerles a corto y a largo plazo.

arguing-1296392_640

Gardner recomienda algunas medidas para solucionar el problema y ayudar a los hijos:
1. Es necesario que el progenitor que ha estado “lavando el cerebro” del hijo reciba ayuda de un profesional para sanar esas heridas emocionales que probablemente tenga desde la infancia.
2. Promover la mejora de la relación entre ambos progenitores. Para ello, se puede recurrir a un profesional para que puedan llevarse lo mejor posible y actuar en beneficio de los hijos.
3. Mejorar la comunicación con los hijos para que tengan la confianza de expresar lo que sienten abiertamente y, así mismo, ayudarlos a superar sus miedos y resolver sus dudas.
4. Cada vez que se pretenda hablar mal de la expareja, recordar el profundo daño que esto le hace a los hijos y evitar hacerlo.
5. Mantener el contacto con los hijos, detectar y cubrir sus necesidades.
6. Llevar a los hijos a que sean evaluados por un psicólogo para detectar sus necesidades y resolver esos conflictos internos generados.
7. Mantener claro y firme el objetivo de velar por el bienestar físico y psicológico de los hijos.
8. Conversar con el progenitor que está usando al niño para hacer daño de manera pacífica e insistir para que tome consciencia del daño que le está provocando a sus hijos y mantenerse firme en cuanto a que se lleven a cabo las reglas y normas establecidas como las visitas, el contacto telefónico frecuente con ellos, el mantenerse al tanto de lo que les ocurre, etc.

El bienestar de los hijos y la convivencia familiar debe de estar garantizada para cada niño y niña, incluso cuando los padres estén separados. Los padres tienen la obligación legal y moral de priorizar las necesidades de los hijos por encima de sus propias necesidades o desavenencias conyugales, por lo cual, deben asegurarse de manejar su separación de forma responsable, minimizando el daño que les estarán causando a los niños. Frente a una separación inevitable, los padres deben ser honestos con sus hijos y explicarles las causas por las que se están separando, siempre asegurándose de no dejar margen de dudas que induzcan a los niños a considerarse responsables de dicha separación.

Cuando hay una separación, siempre será necesario el apoyo de muchos otros actores para acompañar adecuadamente a los niños durante el proceso: maestros, abuelos, iglesias, psicólogos, todas las redes de apoyo con las que cuente la familia. También será necesario adaptar los roles de cada miembro de la familia y explicar a los niños estos cambios, para evitar confusión en la vida de los niños, por ejemplo, si cada mañana papá le llevaba al colegio, pero ahora que ya no vive en la casa, ¿quién le llevará al colegio?

hands-1439398_640
Los niños necesitan estabilidad y seguridad para su sano desarrollo. Como progenitores, estamos llamados a proporcionarles ambas cosas en partes iguales. Se hace imprescindible bajar las armas en favor de nuestros hijos e hijas o de lo contrario, crecerán llevando una gran cantidad de cicatrices y heridas que nunca podrán borrar o sanar, y nosotros no tendremos una segunda oportunidad para hacerlo mejor, pues su infancia habrá pasado llena de dolor, miedo y culpas que no les correspondían.

Como madre o padre que ha sido herido o traicionado por nuestra expareja, solo nos resta buscar ayuda para sanar nuestras heridas sin hacer a nuestros hijos co-responsables de esa deuda por cobrar, de lo contrario, en el futuro tendremos una gran deuda por pagar con nuestros hijos y muy posiblemente, no dispongamos de los fondos necesarios para hacer frente a la misma.

«Pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo. Quitaré de ustedes ese corazón duro como la piedra y les pondré un corazón dócil» Ezequiel 36:26:

¿Sabías que hoy existen miles de niños que no gozan de protección para crecer sanos y seguros? Conoce más al respecto:

ENTRADAS POPULARES

¡NO TE PIERDAS NADA!

Elegido-Logo-negro-original

¡Gracias por unirte y ser parte!

El siguiente evento se realizará en la ciudad de XYZ, el día XYZ de XYZ del 2022.
Nos estaremos contactando contigo por medio del correo electrónico
y/o el número de teléfono que nos proporcionaste.

Franchesca tiene un mensaje
para su madrina, míralo:

Comparte con tus amigas y amigos

Facebook
Twitter
Telegram
WhatsApp