Como parte de nuestra movilización “40 Días por la Niñez”, durante los meses de marzo y de abril impartimos el taller Escuela de Ternura a 63 estudiantes de término de la carrera de Psicología y 20 profesores de la misma carrera.
El propósito fundamental de desarrollo de esta capacitación es que cada una de las personas que participaron en la misma sean multiplicadores del tema de Crianza con Ternura y poder contribuir de manera concreta a la eliminación de la violencia hacia la niñez en nuestro país.
Al igual que nuestra organización, la UASD ha comprendido que la ternura en la vida de todas las personas tiene una influencia profunda y duradera que permanece a todo lo largo de su existir.
Estamos conscientes de que criar con ternura es reemplazar el castigo físico por la orientación, protección, afecto y cuidado.
Es importante tener pendiente que la ternura hay que aprenderla para practicarla. Por esa razón hemos capacitado a 83 miembros de tan prestigiosa universidad en Escuela de Ternura.
El modelo de la Escuela de Ternura considera que se deben adquirir las siguientes habilidades en el proceso de aprendizaje:
Escuchar: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la aptitud de escuchar a otras personas.
Decir: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la aptitud de decir lo que realmente uno desea decir, a la vez que desarrolla la capacidad de escucharse a uno mismo y confrontar lo que se dice con lo que uno realmente desea decir.
Tocar: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la capacidad de interactuar con el cuerpo de otros por medio del tacto más allá de la caricia sexualizada. En esta dinámica se entiende la caricia como experiencia profunda de amor familiar entre las personas que se quieren y se encuentran. El abrazo y la caricia a un ser humano legítimo no deben darse ni recibirse como premio a un comportamiento determinado ni como instrumento de manipulación de conductas. Es solo un encuentro de amor y cariño.
Sentir: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la habilidad de generar empatía y comprensión.
Aceptar: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la habilidad de convivir en medio de las diferencias y la diversidad.
Acompañar: mediante un conjunto de ejercicios se desarrolla la capacidad de acompañar a las personas que nos rodean, en especial a niños y niñas y adolescentes, en cuya relación y ambiente se reemplaza el concepto de disciplina o castigo con el de guía y cuidado.

Nos alegra haber graduado a esos 63 estudiantes y es gratificante contar con este grupo de profesionales para promover esta alternativa de cuidado y acompañamiento amoroso a los niños de nuestra nación.