Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Desde que se produjeron los hechos que dieron como resultado la revolución industrial del Siglo XVIII, se dio lugar a una serie de movimientos de reivindicación de los sectores de la sociedad considerados como vulnerables, entre los cuales se encuentra el orientado al logro de la equidad de género. Estos movimientos se hicieron cada vez más frecuentes, y ya para 1914, entre otros, se registra una gran manifestación de mujeres en Berlín, hasta que en 1977 las Naciones Unidas, junto con otras organizaciones, declararon el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
A pesar de todos los avances y conquistas, esta lucha por la reivindicación de la mujer sigue teniendo grandes desafíos, y uno de los más difíciles de vencer lo constituye el fenómeno de la violencia contra las niñas, que tiene una gran incidencia a nivel global, pero sobre todo en países en vías de desarrollo, como la República Dominicana, debido a los altos niveles de aceptación y normalización a todos los niveles de la sociedad, incluyendo, en algunos casos actores del sistema de protección, que caen vencidos por el uso y costumbre heredados de generaciones anteriores.
Para World Vision, la violencia contra las niñas es una piedra en el camino para el logro de la equidad de género que deben disfrutar ahora y en el futuro, cuando lleguen a la adultez. Sus efectos son devastadores, y contribuyen al desvanecimiento de los sueños y esperanza de una vida plena, cuando alcancen la mayoría de edad. Por tanto, la manera en que respondemos hoy frente a la violencia que afecta a nuestras niñas, determinará cómo serán las mujeres y la sociedad del futuro, pues la violencia puede tener consecuencias para toda la vida, e incluso, pasar de generación en generación.
La violencia contra las niñas es gran problema a nivel mundial. Casi una cuarta parte de las niñas de entre 15 y 19 años en todo el mundo (más de 70 millones) indican que han sufrido violencia física, y al menos 120 millones de mujeres menores de 20 años ha sido sometida a relaciones sexuales forzadas en algún momento de su vida. Asimismo, cerca de 90 millones de niñas y adolescentes afirma que ha sufrido violencia emocional, física o sexual por parte de su pareja sentimental.
Estos datos, contenidos en el Estudio Violencia contra los Niños y Niñas, de UNICEF, se encuentran en consonancia con el hecho de que la discriminación por motivo de género no solo es causa de muchas formas de violencia contra las niñas, sino que también contribuye a la amplia tolerancia social frente a su ocurrencia. Con frecuencia, los culpables de cometer estos delitos no rinden cuentas de sus acciones, y por otra parte, se desalienta a las niñas para que no denuncien que han sido víctimas de violencia, y reciban atención, apoyo y protección.
Esta escalada de violencia también afecta la manera de pensar de las niñas, en su transición hacia la vida adulta, ya que cerca de 127 millones de ellas afirma que, en algunos casos, se justifica que los maridos golpeen o den palizas a sus esposas. Una publicación del sitio especializado womenshealth.gov afirma que las niñas que ven a su madre ser víctima de abuso, es seis veces más propensa a ser abusada sexualmente que una niña que crece en un hogar no abusivo. Afirman que Los niños que son testigo de o son víctimas de abuso emocional, físico o sexual tienen mayor riesgo de padecer problemas de salud cuando sean adultos. Estos pueden ser afecciones de salud mental, como depresión y ansiedad. También pueden incluir diabetes, obesidad, cardiopatías, baja autoestima y otros problemas.
Por tanto, World Vision reitera su rechazo a toda forma de violencia contra las niñas, y hace un llamado de atención a todos los sectores de la sociedad, para que juntos seamos artífices de un mejor presente para nuestras niñas, y una vida de bienestar pleno y equidad de género para nuestras mujeres del mañana.
