El uso de videojuegos no es negativo para niños, niñas y adolescentes, pero si este se hace abusivo puede arrastrar una serie de consecuencias que no son beneficiosas. Conoce aquí algunas pistas para detectar en qué situación se encuentran.
¿Cuántas horas dedica tu hijo o hija a los videojuegos? Aunque parezca “normal” a su edad, la realidad es que sin una correcta supervisión podría desarrollarse alguna adicción. Por eso te dejamos algunas señales que debes tener pendiente:
Tal como explica el sitio Guía del niño, la adicción a los videojuegos es una situación se llega de forma progresiva, por lo que la observación del padre, madre o tutor es fundamental. Lo más probable es que primero sea una actividad que se realiza de forma esporádica y luego, gradualmente, aumente la frecuencia hasta hacerse prácticamente diaria y por más horas de la saludable.
Algunos niños usan los videojuegos para automedicarse emocionalmente. Estos pueden ser una herramienta para evitar situaciones difíciles, no enfrentarse a sus sentimientos reales o no ver a realidades que les hacen sentirse mal e incómodos.
A continuación puedes revisar algunos puntos básicos para definir si tu niño o niño puede estar desarrollando alguna adicción por los videojuegos.
Cuando pasa este fenómeno, los niños y niñas pueden sufrir diversas consecuencias. Por ejemplo, en el aspecto físico pueden caer en el sedentarismo, molestias oculares y dolores de cabeza por pasar tanto tiempo frente a una pantalla. A esto se le suman los dolores corporales por mala postura o molestias en manos y muñecas producidos por tendinitis o inflamación de los tendones.
A su vez puede aparecer problemas de salud mental derivados principalmente del aislamiento y del contenido que los videojuegos. Entre ellos, problemas de comportamiento como agresividad, menosprecio e individualismo.
Si notas que tu niño o niña se está haciendo dependiente de este tipo de juegos lo mejor es que planifiques tus pasos a seguir.
Lo primero es limitar los tiempos que podrá destinar a esta actividad, por ejemplo, solo los fines de semana o una vez que haya cumplido con las obligaciones escolares. Asimismo, es recomendable hacer un cambio de switch y utilizarlo como un refuerzo positivo; que haga algo para merecer ese tiempo jugando.
Otro punto importante es ser un buen fiscalizador del contenido que consume. Los juegos deben ser aptos para su edad y en el caso de los juegos en línea, estar atento a quienes son las personas con las que interactúa.
Finalmente, se deben potenciar otras actividades como las que refuerzan la vida familiar, deporte, música, lectura, entre otras.
No debemos alarmarnos porque nuestros niños y niñas disfruten de los juegos de video. La clave está en detectar qué tan involucrados están y si se podría estar dando una dependencia. Para que esto no ocurra es necesario que los adultos a cargo estén presentes y observen su comportamiento para proteger su bienestar físico y mental.