Quiero que sepas que criar con ternura NO es fácil, y cada etapa del crecimiento de tus hijos te lo demostrará, pero también lo harán los resultados.
Muchos padres y padres tenemos la meta de criar a nuestros hijos bajo los 5 pilares de la Crianza con Ternura: cercanía, constancia, confianza, reciprocidad y empatía. Durante el primer año de vida del bebé, esto puede resultar sencillo, porque hasta ese momento nuestros pequeños dependen de nosotros y no tienen autonomía para moverse, para decidir, etc.
¿Qué pasa cuando nuestros pequeños entran en la etapa de los 2 años a los cuales muchos le llaman “Los terribles dos”? En esta fase resultan muy retadores para mamá y papá acostumbrados a cargar, dormir, dar de comer y poner en la cuna a sus angelitos que de un momento a otro empiezan a marcar límites, a decir claramente “NO”. Aquí hacen su aterrizaje las famosas pataletas que responden a la inmadurez del desarrollo de su cerebro, porque ellos mismos no entienden todos los cambios que se están presentando en su corta vida y les cuesta procederlos.
Entonces, como si la rabieta en casa no fuera suficiente, también llegan las rabietas en público. Y ahí es donde el padre y la madre se cuestionan si de verdad esto de criar con respeto, amor, ternura y límites funciona. Y entre ellos, los familiares y allegados, comienzan a generarse frases como: “a mí me daban una nalgada y santo remedio”, “lo que le falta es una buena pela”… y muchas otras expresiones que hemos escuchado al oír un niño llorar o “portarse mal”.
Es probable que la desesperación te lleve a cometer este error que hace unos años decidiste no poner en práctica con tus hijos e hijas, porque de alguna manera te despierta esa parte primitiva de tu cerebro que solo está para reaccionar y no para reflexionar.
Definitivamente desde ese momento la Crianza con Ternura se ve amenazada, ¡y la podemos seguir retando! Porque cuando los hijos llegan a la adolescencia, se puede alcanzar la cúspide de falta de paciencia y ternura. Aquí es donde muchos padres afirman que “les han cambiado a sus hijos”.
Por eso quiero compartir contigo 5 tips para que puedas mantenerte firme en tu sabia decisión de criar con ternura (especialmente en esos momentos que la paciencia te borró hasta el nombre). Como madre que ya tiene 11 años en este camino, te aseguro que estoy viendo los frutos maravillosos de criar con ternura, amor, límites claros y empatía.
¿Qué hago para continuar una Crianza con Ternura?
1. Recuerda tu infancia y tu adolescencia: No naciste adulto, también fuiste niño y adolescente. Pregunta a tus padres cómo eras tú. Así podrás activar la empatía con tus hijos en sus distintas etapas y lograrás acércate más a él o ella.
2. No lo tomes personal: Cada cosa que hace tu hijo, no te la esta haciendo a ti. En vez de decir “Mi hijo ME hace rabietas”, quítale el ME y es “Mi hijo hace rabietas”. “Mi hijo no me escucha” por “Mi hijo no escucha”. Esto ayuda a encontrar soluciones.
3. Lee todo lo que puedas sobre el desarrollo del cerebro del niño: Vas a entender tantas cosas que te van a sorprender. Te comparto una: a los dos años de edad, el cerebro de un niño tan solo es un 50% del cerebro de un adulto.
4. Sé la madre o el padre que tus hijos necesitan en cada etapa: Para eso conocer a tu hijo será tu súper poder. Dedica tiempo para observarlo, para interactuar con ellos, jugar, hablar. Así comprenderás qué pasa por su mente en cada etapa y cuáles son sus verdaderas necesidades, miedos y sueños.
5. Conecta con el corazón de tus hijos: Hazlo más allá de las cosas que ocurren, busca siempre que hay detrás de sus comportamientos. Te aseguro que siempre hay algo más. Recuerda que primero llega la emoción, luego el pensamiento que nos produce que es una interpretación personal y eso nos lleva a una acción determinada.
El estilo de crianza que elijas tendrá efectos positivos o negativos en la vida de tus hijos. Por eso la invitación es a hacerlo con consciencia, reconociendo que es un proceso de aprendizaje constante tanto para el niño, niña o adolescente y para ti mamá y papá. Porque la crianza tiene más que ver con los padres que con los hijos.
Tú puedes cambiar el mundo a través de la crianza que le des a tus hijos. Si quieres paz en el mundo, cría en paz. Si quieres empatía en el mundo, cría con empatía. Si quieres ver más amor en el mundo, ama más a tus hijos. Si quieres ver cómo se respetan las reglas establecidas en el mundo para vivir en armonía, practica desde casa.
