Desde que el Estado dominicano asumió la educación a distancia a partir del 2 de noviembre del presente año, se han presentado grandes desafíos para todos los actores del sistema educativo. Los docentes y personal escolar han tenido que adaptarse a la virtualidad, a dar apoyo desde la distancia y continuar acompañando los procesos educativos de los y las estudiantes por vías no presenciales (Televisión, radio, Zoom, Google Classroom, Moodle, Dojo, entre otros). Los y las estudiantes, han tenido que adaptarse a la falta del maestro o maestra de manera presencial, convertir su hogar en el centro de aprendizaje y a buscar en sus padres o tutores el apoyo necesario para comprender sus asignaciones escolares diarias.
Dadas estas circunstancias actuales, muchos progenitores, tíos/as, abuelos/as han tenido que lidiar no sólo con las asignaciones escolares, sino también con la ansiedad infantil, hiperactividad, rutinas diarias, trabajo y hogar. Por ende, las quejas no se han hecho esperar y las situaciones se vuelven mucho más complicadas cuando no hay nadie que se quede en casa con los niños y niñas.
A pesar de esto, suspender la formación educativa de los y las estudiantes es impensable ya que este es un derecho fundamental que no debe romperse. Entonces, ¿qué podemos hacer como padres para apoyar a nuestros hijos? La respuesta es: ¡bastante!
Para empezar, no perder la calma. Cuando nos desesperamos actuamos por impulso y podemos hacer o decir cosas que luego nos causarán mayor conflicto y pesar. Necesitamos mantener comunicación constante con los docentes y personal escolar como psicólogos y directores para que nos guíen y acompañen. Debemos tener claridad sobre cuáles son los horarios de clases y descansos, por cuáles vías se darán las asignaciones (internet, radio, tv, etc.), materiales necesarios para las clases, entre otros, para que así podamos orientar a nuestros pequeños. Es importante que tengamos un lugar fijo en casa donde el estudiante pueda trabajar todas sus asignaciones escolares, de preferencia que tenga todos los materiales necesarios a la mano para que no tenga necesidad de pararse. Además, debemos fomentar la autonomía, es decir, la capacidad de que los alumnos y alumnas puedan trabajar solos sin necesidad de un supervisor directo, asumiendo sus responsabilidades y pidiendo ayuda cuando lo requieran. Esto no sólo les ayudará en estos momentos sino durante toda su vida, ya que ganarán independencia. Es importante que fomentemos la desconexión digital, es decir, que los niños y niñas tengan tiempo libre lejos de las pantallas para que puedan descansar y estimular otras áreas como la lectura a través de libros, juegos como el salto, juego con pelotas, entre otros.
En fin, la tarea es ardua, pero no imposible. Como responsables directos de la educación de nuestros niños y niñas, debemos procurar siempre que estos se eduquen a pesar de las circunstancias. En el futuro ellos lo agradecerán y la sociedad también.