En la actualidad, 193 millones de infantes latinoamericanos habitan en la región más desigual del planeta; 72 millones de ellos viven todavía en la pobreza, y la violencia sigue siendo la mayor amenaza contra los derechos de la niñez. Y en conmemoración de los 30 años de la Convención de los Derechos del Niño y la Niña, organizamos un panel donde cinco líderes adolescentes que sufrieron éste tipo de atrasos en sus comunidades, procedentes de: República Dominicana, Brasil, El Salvador, Colombia y Ecuador, nos expusieron un análisis de los avances y retrocesos que experimenta la niñez en el proceso para el goce de sus derechos, así como las oportunidades y brechas comunes de la niñez para garantizar la efectiva defensa.
Robert Pérez, de 16 años y joven líder comunitario de Sabana Perdida, municipio de Santo Domingo Norte representó al país en este encuentro regional, destacando que:
siendo así vulnerados algunos de sus derechos dentro de lo que establece la Convención de los Derechos del Niño y la Niña.
La mayoría de estos infantes demuestran bajo rendimiento escolar e incluso llegan a abandonar la escuela, de acuerdo a los informes de la Dirección del Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo, lo que revela que un niño que trabaje, le resta oportunidades a su desarrollo y crecimiento integral.
A través de un espacio de conferencia digital, todos los países participantes pudieron enlazarse y escuchar la perspectiva de los niños y jóvenes latinoamericanos en base a sus problemáticas sociales, donde predominaba un fuerte llamado a que su voz e intereses fueran escuchados:
“Debemos dejar de crear más leyes y poner en práctica las que ya tenemos” este fue el llamado a los gobernantes del país y la región del joven representante de la República Dominicana.
Situación actual
A pesar de los avances presentados en el acceso de la educación por género, mejora en los aspectos de salud y alfabetización durante estos 30 años, y que seguimos fomentando el crecimiento en las poblaciones más afectadas por estos problemas, aún persiste una deuda en materia de protección y educación más allá de la desigualdad social o económica.
Es un deber de todos, el ayudar al prójimo y mejorar la sociedad desde la niñez protegida es la forma más viable y concreta de cambiar República Dominicana y transformar desde 0 nuestra comunidad, que a la larga genera beneficios para todos nosotros.
Este tratado internacional sobre los derechos de los niños y las niñas compromete estos temas, los cuales que siguen siendo desafíos importantes en los países pactantes.
Sus demandas por nación
El evento internacional se llevó a cabo con cinco jóvenes líderes comunitarios. República Dominicana, Brasil, Colombia, Ecuador y El Salvador fueron los países seleccionados para compartir parte de su contexto social y posibles soluciones ante los males que los aquejan.
Para el cierre del evento, Anna Grellert, nuestra Asesora de Desarrollo de la Niñez para Latinoamérica y el Caribe, disertó sobre el derecho que tienen los niños y adolescentes de tener una crianza con ternura.
Durante el encuentro, nuestro joven representante exigió por sus derechos que las autoridades nacionales ofrezcan la debida capacitación y mayores oportunidades para el empleo, con el fin de que los padres puedan trabajar y los hijos puedan enfocarse en sus estudios. Además, pidió que toda la sociedad reciba orientación sobre las consecuencias del trabajo infantil para que no se repitan estos casos.
En el caso de Colombia, la niña colombiana apeló a la eliminación de la corrupción. “Con la corrupción se vulneran todos nuestros derechos, están acabando con nuestro futuro digno. Queremos que los gobernantes dejen de ser corruptos, que la educación sea de mayor calidad, que la alimentación sea mejor no con cualquier cosita, que nos den un futuro digno porque es lo que nos merecemos”, destacó.
Para Ecuador, su representante pidió al Gobierno que otorgue más fondos para las organizaciones que apoyan al desarrollo de los niños, debido a que considera que muchas veces son olvidados. También, ella reclama que la voz de la niñez sea más escuchada porque ellos conocen lo que quieren para su futuro, además llama por la creación de mejores infraestructuras escolares porque es la forma de que más niños y niñas tengan acceso a la educación y no tengan que viajar a la ciudad para recibir una que sea de calidad.
El Salvador presenta una alta tasa de violencia de pandillas, por lo que la joven salvadoreña reclama a su nación espacios más seguros para que los niños no quieran salir del país. También apela a la creación de albergues cerca de la frontera que sirvan para descanso y alimentación, así como más oportunidades para que las personas no tengan que migrar.
El adolescente de Brasil pide a su gobernante y los de toda la Latinoamérica que se respeten a todos los niños independientemente de su sector, sexo o condición económica. “La economía y educación para los niños aquí no es buena, los niños no tenemos los mismos derechos que todas las demás sociedades. Un niño que tiene mejor condición económica tiene más beneficios que los de las comunidades vulnerables y es allí donde se genera más violencia”, enfatiza.
Esta iniciativa que llevamos a cabo en Latinoamérica y El Caribe busca fomentar espacios para que los niños expresen sus necesidades y movilizar el accionar público y privado en beneficio y cumplimento de los derechos de la infancia.